It was an honor to have been chosen to be in a section of El Nuevo Dia newspaper called "Vidas Unicas" or Unique Lives translated literally. Following is the original article from the newspaper written by Janirah Figueroa Fontánez. Thanks to all of you that have given me the opportunity to tweak your lives with a little beauty.
Thank you Janirah! Thank you Francisco!
My apologies to the non-Spanish speaking community, but the newspaper is in Spanish.
By Janirah Figueroa Fontánez/ Especial para El Nuevo Día
Aunque en su trabajo se dedica a ocultar las imperfecciones de modelos, reinas de bellezas y celebridades internacionales, Karlo sabe distinguir muy bien entre lo superfluo y lo sustancial.
El secreto de su poder está en su maleta negra, donde guarda sombras multicolores, rímel, pintalabios, brochas y otras herramientas de su oficio de maquillista, uno que descubrió cuando estudiaba Veterinaria y con el que se ha dado a conocer en todo el mundo.
Capaz de crear imágenes de ensueño con su paleta de maquillaje, este as de la belleza también tiene la capacidad de reconocer la injusticia que parece invisible y actuar sin titubeos cuando se trata de dar una mano a los que, como él, alguna vez han sufrido la discriminación sólo por ser “diferentes”.
Cuando ocurrió el ataque a las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York, no lo pensó dos veces para trabajar como voluntario en uno de los centros del Ejército de Salvación, donde tenía que escuchar a los bomberos y policías que trabajaban en la Zona Cero.
Aunque por poco se vuelve loco lidiando con el sufrimiento psicológico de los que ayudaron a rescatar a las miles de víctimas de esta tragedia siempre recuerda con orgullo cómo puso su granito de arena en la reconstrucción de una ciudad que ha sido su hogar en los últimos 14 años y la que le ha brindado tantos éxitos profesionales.
Su amor por la belleza comenzó desde niño mientras veía a su progenitora, Violeta Colón, vestirse y maquillarse antes de salir de paseo con él los domingos. Karlo se fascinaba al ver la transformación de su propia madre. Ese antes y después que hace la diferencia entre ser la reina o la primera finalista en un certamen de belleza o lo que determina si la modelo será la portada de la revista de moda.
Desde muy jovencito también se dio cuenta que, “era diferente”. Con lágrimas en los ojos, nos confiesa que, por ser distinto a los demás, sufrió la burla de muchos niños de su vecindario y hasta el rechazo de algunos miembros de su familia. Karlo prefiere no aludir a su orientación sexual y, ante la pregunta directa de si es gay insiste en que el nunca responde a esa cuestión y que, en definitiva, “qué importa”.
Pero Karlo siempre ha tenido el apoyo de su madre, quien, con mucho esfuerzo y sacrificio, lo crió sin la ayuda de su padre y ha estado ahí en las buenas y en las malas. “Ella es mi tesoro”.
Irónicamente, esas mismas cualidades que lo hicieron víctima de la intolerancia social durante su adolescencia, fueron las que lo convirtieron años más tarde en uno de los artistas del maquillaje más reconocidos de su generación. Alguien que con su brocha mágica le ha dado resplandor a los rostros de figuras publicas como Denise Quiñones, Dayanara Torres, Paulina Rubio y Marc Anthony.
Autor de famosas sesiones de belleza para revistas como Vogue, W, Fashion of the Times, Karlo ha sido el director creativo de desfiles de moda de diseñadores internacionales, y el creador de los conceptos creativos de las campañas publicitarias de la película “Hairspray”, el sistema de videojuegos XBOX 360 y la línea de calzado de la diseñadora Anna Sui.
“Siempre fui súper creativo”, afirma el artista, “aunque un poco tímido. Se me hacía bien difícil hablar con la gente que me rodeaba porque tenía una manera diferente de pensar. Nunca me gustaban las mismas cosas que le gustaban a todo el mundo. Mi vida completa, hasta que me fui de Puerto Rico, tuvo ese denominador común”.
Tras graduarse de escuela superior del Colegio Nuestra Señora de Belén, Karlo ingresó a Wittenberg University, en Springfield, Ohio. “Yo pensaba, bueno, me gustan los animales, soy buen estudiante, pues vamos a ser veterinario, pero no di pie con bola porque no me gustaban ni la química ni el cálculo”, recuerda entre risas sobre cómo decidió estudiar la carrera equivocada en sus años universitarios. “De ahí brinqué a negocios y me quedé en mercadeo”.
Gracias a ese afortunado error, Karlo descubre su verdadera pasión profesional: el campo de la belleza. Inicialmente, labora como modelo de pasarela y anuncios de televisión en la Isla. Luego, a principios de los 90, decide probar fortuna en la Gran Manzana, pero las casas de modelaje lo consideraban “demasiado europeo” para el mercado anglosajón.
Desesperado, pero con muchos deseos de triunfar, Karlo no vio otra opción que buscar trabajo en una tienda por departamentos para sobrevivir. “Lo único que yo conocía de Nueva York era Sak’s 5th Avenue, así que decidí ir a la tienda y pedir una solicitud de trabajo”. Allí comenzó a laborar en el departamento de diseñadores y, en muy pocos meses, lo trasladaron al departamento de belleza, donde un buen día le preguntaron si sabía maquillar.
Karlo, sin dudarlo, dijo que sí. Una respuesta que le cambió la vida. “Trabajé como dos semanas con la línea de Christian Dior hasta que Channel me roba y estuve un año y medio haciendo promociones de belleza con esa compañía”.
Con su buen ojo y originalidad, el talento de Karlo para el maquillaje empezó a dar de que hablar en la Gran Ciudad, por lo que las ofertas de trabajo para revistas y compañías comerciales se multiplicaron. El siguiente paso, fue reclutar a Dennis Reed, quien fungió como su agente hasta que sorpresivamente falleció de VIH/SIDA en el 1991.
“Fue algo fulminante porque Dennis duró tres meses. Me impactó mucho porque él era la mitad o más de lo que empezó a ser Karlo. Tenía unas conexiones con los editores de revistas y con las casas de publicidad increíbles. Yo era su artista. Al morir, se me quiso caer el mundo”.
Con mucho pesar, Karlo también ha vivido la pérdida de otros de sus amigos a causa de esta temible enfermedad, experiencias que lo motivaron a trabajar como voluntario de Cielo Latino, la gala anual de recaudación de fondos de la Comisión Latina sobre el SIDA, organización sin fines de lucro que ayuda a los pacientes hispanos de VIH/SIDA en Estados Unidos y Puerto Rico.
Con su sensibilidad y sentido estético, Karlo dirigió el concepto creativo del Journal del evento, producción que reunió a figuras como la ex Miss Universo, Zuleyka Rivera, la cantante La India, la periodista Natalie Morales y las actrices Patricia Velázquez y Lupe Ontiveros con el objetivo de educar a la comunidad hispana sobre la importancia de prevenir el SIDA.
“Lo que me impulsó por esos cuatro meses”, explica el maquillista, “a no tener mis ocho horas de sueño, era que yo me decía a mí mismo, wow, si yo trabajo en este proyecto podría salvar por lo menos una vida. Y ¿qué más se puede pedir?”.
Así es Karlo. Un artista que encuentra el glamour y la belleza en una mirada, una sonrisa o una mano amiga. Un ser humano sensible ante la adversidad.
Para este creador de imágenes, maquillar no es la simple acción de aplicar sombras o pintalabios a una cara, sino un arte que requiere estudio, disciplina y originalidad. “Algunas veces subestimamos el poder de la belleza; la belleza es una actitud que en realidad te define como persona”, dice Karlo, sintetizando así su filosofía de vida.
Thank you Janirah! Thank you Francisco!
My apologies to the non-Spanish speaking community, but the newspaper is in Spanish.
La Belleza al Poder
(Photo by Javier Romero)
http://www.elnuevodia.com/diario/noticia/vidasunicas/noticias/la_belleza_al_poder/302825
http://www.elnuevodia.com/diario/noticia/vidasunicas/noticias/la_belleza_al_poder/302825
By Janirah Figueroa Fontánez/ Especial para El Nuevo Día
Aunque en su trabajo se dedica a ocultar las imperfecciones de modelos, reinas de bellezas y celebridades internacionales, Karlo sabe distinguir muy bien entre lo superfluo y lo sustancial.
El secreto de su poder está en su maleta negra, donde guarda sombras multicolores, rímel, pintalabios, brochas y otras herramientas de su oficio de maquillista, uno que descubrió cuando estudiaba Veterinaria y con el que se ha dado a conocer en todo el mundo.
Capaz de crear imágenes de ensueño con su paleta de maquillaje, este as de la belleza también tiene la capacidad de reconocer la injusticia que parece invisible y actuar sin titubeos cuando se trata de dar una mano a los que, como él, alguna vez han sufrido la discriminación sólo por ser “diferentes”.
Cuando ocurrió el ataque a las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York, no lo pensó dos veces para trabajar como voluntario en uno de los centros del Ejército de Salvación, donde tenía que escuchar a los bomberos y policías que trabajaban en la Zona Cero.
Aunque por poco se vuelve loco lidiando con el sufrimiento psicológico de los que ayudaron a rescatar a las miles de víctimas de esta tragedia siempre recuerda con orgullo cómo puso su granito de arena en la reconstrucción de una ciudad que ha sido su hogar en los últimos 14 años y la que le ha brindado tantos éxitos profesionales.
Su amor por la belleza comenzó desde niño mientras veía a su progenitora, Violeta Colón, vestirse y maquillarse antes de salir de paseo con él los domingos. Karlo se fascinaba al ver la transformación de su propia madre. Ese antes y después que hace la diferencia entre ser la reina o la primera finalista en un certamen de belleza o lo que determina si la modelo será la portada de la revista de moda.
Desde muy jovencito también se dio cuenta que, “era diferente”. Con lágrimas en los ojos, nos confiesa que, por ser distinto a los demás, sufrió la burla de muchos niños de su vecindario y hasta el rechazo de algunos miembros de su familia. Karlo prefiere no aludir a su orientación sexual y, ante la pregunta directa de si es gay insiste en que el nunca responde a esa cuestión y que, en definitiva, “qué importa”.
Pero Karlo siempre ha tenido el apoyo de su madre, quien, con mucho esfuerzo y sacrificio, lo crió sin la ayuda de su padre y ha estado ahí en las buenas y en las malas. “Ella es mi tesoro”.
Irónicamente, esas mismas cualidades que lo hicieron víctima de la intolerancia social durante su adolescencia, fueron las que lo convirtieron años más tarde en uno de los artistas del maquillaje más reconocidos de su generación. Alguien que con su brocha mágica le ha dado resplandor a los rostros de figuras publicas como Denise Quiñones, Dayanara Torres, Paulina Rubio y Marc Anthony.
Autor de famosas sesiones de belleza para revistas como Vogue, W, Fashion of the Times, Karlo ha sido el director creativo de desfiles de moda de diseñadores internacionales, y el creador de los conceptos creativos de las campañas publicitarias de la película “Hairspray”, el sistema de videojuegos XBOX 360 y la línea de calzado de la diseñadora Anna Sui.
“Siempre fui súper creativo”, afirma el artista, “aunque un poco tímido. Se me hacía bien difícil hablar con la gente que me rodeaba porque tenía una manera diferente de pensar. Nunca me gustaban las mismas cosas que le gustaban a todo el mundo. Mi vida completa, hasta que me fui de Puerto Rico, tuvo ese denominador común”.
Tras graduarse de escuela superior del Colegio Nuestra Señora de Belén, Karlo ingresó a Wittenberg University, en Springfield, Ohio. “Yo pensaba, bueno, me gustan los animales, soy buen estudiante, pues vamos a ser veterinario, pero no di pie con bola porque no me gustaban ni la química ni el cálculo”, recuerda entre risas sobre cómo decidió estudiar la carrera equivocada en sus años universitarios. “De ahí brinqué a negocios y me quedé en mercadeo”.
Gracias a ese afortunado error, Karlo descubre su verdadera pasión profesional: el campo de la belleza. Inicialmente, labora como modelo de pasarela y anuncios de televisión en la Isla. Luego, a principios de los 90, decide probar fortuna en la Gran Manzana, pero las casas de modelaje lo consideraban “demasiado europeo” para el mercado anglosajón.
Desesperado, pero con muchos deseos de triunfar, Karlo no vio otra opción que buscar trabajo en una tienda por departamentos para sobrevivir. “Lo único que yo conocía de Nueva York era Sak’s 5th Avenue, así que decidí ir a la tienda y pedir una solicitud de trabajo”. Allí comenzó a laborar en el departamento de diseñadores y, en muy pocos meses, lo trasladaron al departamento de belleza, donde un buen día le preguntaron si sabía maquillar.
Karlo, sin dudarlo, dijo que sí. Una respuesta que le cambió la vida. “Trabajé como dos semanas con la línea de Christian Dior hasta que Channel me roba y estuve un año y medio haciendo promociones de belleza con esa compañía”.
Con su buen ojo y originalidad, el talento de Karlo para el maquillaje empezó a dar de que hablar en la Gran Ciudad, por lo que las ofertas de trabajo para revistas y compañías comerciales se multiplicaron. El siguiente paso, fue reclutar a Dennis Reed, quien fungió como su agente hasta que sorpresivamente falleció de VIH/SIDA en el 1991.
“Fue algo fulminante porque Dennis duró tres meses. Me impactó mucho porque él era la mitad o más de lo que empezó a ser Karlo. Tenía unas conexiones con los editores de revistas y con las casas de publicidad increíbles. Yo era su artista. Al morir, se me quiso caer el mundo”.
Con mucho pesar, Karlo también ha vivido la pérdida de otros de sus amigos a causa de esta temible enfermedad, experiencias que lo motivaron a trabajar como voluntario de Cielo Latino, la gala anual de recaudación de fondos de la Comisión Latina sobre el SIDA, organización sin fines de lucro que ayuda a los pacientes hispanos de VIH/SIDA en Estados Unidos y Puerto Rico.
Con su sensibilidad y sentido estético, Karlo dirigió el concepto creativo del Journal del evento, producción que reunió a figuras como la ex Miss Universo, Zuleyka Rivera, la cantante La India, la periodista Natalie Morales y las actrices Patricia Velázquez y Lupe Ontiveros con el objetivo de educar a la comunidad hispana sobre la importancia de prevenir el SIDA.
“Lo que me impulsó por esos cuatro meses”, explica el maquillista, “a no tener mis ocho horas de sueño, era que yo me decía a mí mismo, wow, si yo trabajo en este proyecto podría salvar por lo menos una vida. Y ¿qué más se puede pedir?”.
Así es Karlo. Un artista que encuentra el glamour y la belleza en una mirada, una sonrisa o una mano amiga. Un ser humano sensible ante la adversidad.
Para este creador de imágenes, maquillar no es la simple acción de aplicar sombras o pintalabios a una cara, sino un arte que requiere estudio, disciplina y originalidad. “Algunas veces subestimamos el poder de la belleza; la belleza es una actitud que en realidad te define como persona”, dice Karlo, sintetizando así su filosofía de vida.
Comments